LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 30 de agosto de 2017.-
LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
LA DICTADURA
DEL PROLETARIADO
(Abordando
eso gris, que parece la teoría).
En
el programa “Todas las voces” de Montecarlo Canal 4 de
Montevideo, el mismo que
trajo a un diputado de la oposición
venezolana que admitió que no habían obtenido las firmas
para el referéndum
revocatorio, el inefable Cdor. Conrado Hughes (recordemos que Coni era
uno de
los buenos habitué al Instituto 1815 que patrocinaba el
inolvidable General Líber
Seregni), hace por la negativa la mejor explicación de algo que
para la izquierda
es tan difícil de entender como es el concepto de Dictadura del
proletariado.
Hughes
explica que los sindicatos y las centrales sindicales no
deberían existir y que
por lo tanto cada trabajador debería negociar directamente su
contrato de
trabajo, y los conflictos dirimirse ante las instituciones
jurisdiccionales del
Estado sin necesidad de estos intermediarios, dejando así la
más plena libertad
al mercado.- Lo que Marx y Engels definen como la Dictadura de la
burguesía.-
Hemos
mostrado en otras notas como el desarrollo del capitalismo en general
ha sido
favorecido por las revoluciones que han ampliado el marco de los
derechos de
los trabajadores, - entre otros un mayor nivel de consumo-, haciendo
que el
sacrosanto mercado fuera más amplio y la posibilidad rentable de
la inversión
capitalista mayor. Proceso que tiene límites y que ya comienzan
a visualizarse
claramente. Algo de esto es lo que razonó Bismarck para dar
impulso a la
creación de un sistema de seguridad y prevención social,
a fines del siglo 19 y
en pleno auge del desarrollo capitalista.
La
avidez capitalista nunca se ha podido autogobernar y
contradictoriamente ha
necesitado de la organización de los trabajadores para que
pusieran límites a
sus apetencias y permitir la amplitud de un mercado ampliado por las
reivindicaciones de los trabajadores y la generación de derechos
sociales.-
Hasta
aquí todo bien, ahora a las ideas –como las del Cdor.
Hughes- del desarrollo
del capitalismo, respondieron las ideas para defender a los
núcleos organizados
de trabajadores, que claramente tomaron dos rumbos iniciales
diferentes, los
que se adaptaron a las necesidades del desarrollo capitalista e incluso
votando
los créditos de guerras, para las aventuras bélicas de
estos sectores cuando
ahogados recurrían a ese camino para el desahogo
económico. La otra corriente
trató de programar la resistencia a la tragedia de la guerra con
iniciativas
que permitieran superar el trance y mantener la actividad, en beneficio
de la
gente, del aparato productivo y del entramado social.
Es
lo que en una dimensión menor ocurre cuando una empresa entra en
crisis, y sus
trabajadores arman una cooperativa para mantener su actividad
productiva y
procurar así mantener su sustento.
La
revolución rusa liderada por los bolcheviques, tenía una
dirección que
declaraba y actuaba de acuerdo a las enseñanzas de Marx y de
Engels, y toda la
tarea ideológica que Lenin elaboraba en el mismo sentido, era
una dirección que
reivindicaba la Dictadura del proletariado a la vez que
señalaba, que siendo
esto necesario para defender el derecho de los trabajadores como lo es
hoy un
sindicato o una central sindical, su objetivo no era el de construir un
modelo
de sociedad alternativa al capitalismo, sino el de acompañar su
desarrollo
hasta el agotamiento de sus formas, construyendo una transición
que permitiera
a la predominancia del capitalismo morir en paz. De Marx aprendimos que
ningún
modo de producción abandona su predominancia en la escena de la
economía
mundial hasta agotar todas sus posibilidades, comprendiendo
además que ese
momento en la historia llega. El endeudamiento en permanente
crecimiento de los
Estados, las emisiones demenciales de moneda ya sin ningún
respaldo en la
producción, el aumento de los paraísos fiscales, el
aumento del trabajo en
negro ahora particularmente en los países desarrollados, son los
síntomas
febriles de ello.
Es
más, Lenin en 1916 previó que el curso del desarrollo del
capitalismo llevaba a
que este iba a ser gobernado desde los complejos empresariales
multinacionales
en desmedro directo de las estructuras burocráticas estatales,
hecho que en la
vida se acompasó con la elaboración de una
política acorde, con el nacimiento
del neoliberalismo luego de las segunda guerra mundial, con las
directivas
elaboradas desde Mont Pellerin.-
Por
lo tanto ni Marx, ni Engels, ni Lenin pensaron en la Dictadura del
Proletariado
como la dictadura ejercida desde el gobierno de un Estado con su
actividad
económica totalmente estatizada, por la sencilla razón de
que no eran
estatistas. Como tampoco lo era Batlle y Ordoñez en el Uruguay.
La
deformación que intencionadamente introdujo el stalinismo, con
la colaboración
de la “inteligencia” burguesa, hace que hoy por ejemplo,
cuando un trabajador
ejerce la huelga no piense que eso es precisamente lo que nace de su
derecho a
ejercer la Dictadura del proletariado frente a la Dictadura de la
burguesía, y
si piense en derechos que se han incorporado por la lucha de los
trabajadores a
las Cartas Magnas de los distintos países; el Cdor. Hughes esto
lo tiene claro
y por lo tanto no admite ese derecho, pero además invocando algo
que no existe
y es de que esa situación es la que no permite desarrollar la
economía
precisamente en momentos en que el capitalismo está llegando a
sus límites de
rentabilidad medidos en la tasa general de ganancia que hace que todas
las
economías estaduales han entrado en crisis y que la defensa del
trabajo de
nuestros trabajadores nacionales parecería imposible defender
sin competir con
otros trabajadores en el mundo, algo de esto sostiene Trump con su
política de
muros.
No
es el objetivo de esta nota, y ya lo hemos hecho anteriormente, no
estamos en
presencia del fin del trabajo, si estamos en presencia de una crisis de
rentabilidad de las inversiones y por lo tanto del trabajo organizado
por el
modo de producción capitalista, ejerciendo a través de
las monedas, los
impuestos, y los endeudamientos: la
Dictadura de burguesía.-
Venezuela
es uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta
situación, al no tener
posibilidad de gobernar su moneda propia, y depender así de las
maniobras de
los que la manejan, -y que en muchos de los casos ni siquiera tienen
partido,
como ocurre en la Argentina- y que a la vez estimulan toda la
propaganda
adversa de que el sistema se encamina a una estatización total
para impedir
este tipo de maniobras, lo que justificaría, en su tesis, el
derrocamiento de
un gobierno “comunista” que asumió a través
del voto popular, y que a
diferencia de otra época en nuestra América cuenta con el
respaldo de un
ejército con formación nacionalista.-
Se
confunde además con el ejemplo de Cuba que pudo contar para su
desarrollo con
la Unión Soviética ya en tiempos del post stalinismo, que
hoy trata ordenadamente
de vincularse al mercado mundial, sobre la base de fortalezas sociales
construidas por la revolución en temas que se destacan como la
salud y la
enseñanza.
100
años de la revolución de octubre parecería un buen
motivo, para estudiar,
analizar y debatir sobre cosas tan importantes que hacen al porvenir
todo de la
humanidad, que inexorablemente se acerca a un punto crucial de
definiciones. La
predominancia del modo de producción capitalista llega a su fin
y necesita de
una transición que le permita morir en paz. La muerte
también de un periodo histórico
donde la dirección (la dictadura) de la sociedad siempre estuvo
en manos de la
elite de una clase.
Jorge
Aniceto Molinari.
Montevideo,
30 de agosto de 2017.-